Yo, Romek Dubczek, éter de Wojkowice, que todo lo ve y en todas partes está, de acuerdo a lo establecido en ley ninguna, declaro ciudadano del Reino de Zaglebie Dabrowskie a Theodor Strudelski, de sangre azul, modelo de virtudes y ciudadano de primera categoría.
Theodor Strudelski El Magnánimo, presidente de Biala Podlaska, fue el que abolió algunos tipos de pena de muerte, como el garrote vil, los sacrificios humanos religiosos y las torturas a base de cosquillas y hierros candentes. Fue un innovador del derecho penal de Biala Podlaska y un humanista muy cerebral. Concedió a los imputados un día de asueto que podían emplear en tirarse al hombre o mujer que más les apeteciera siendo que el elegido tenía prohibido negarse. En cuanto a los sacrificios religiosos sustituyó a los inocentes niños locales por vivaces gallinas importadas de regiones ingenuas como Bialystok, que vivían de los huevos que vendían a los bielorrusos. Eso provocó una pequeña contienda entre Bialystok y Biala Podlaska en la que Biala perdió su hegemonía y Theodor Strudelski tuvo que refugiarse en Katowice, donde no había más que éter o Romek que le concedió el ayuntamiento en ruinas para que fuera decretando las leyes y se sintiera como en casa.